I. LA PECULIARIDAD DEL
ROMANTICISMO ESPAÑOL
El romanticismo llega muy pronto a nuestro país
(finales del XVIII) aunque su evolución se ve interrumpida por la Guerra de la
Independencia y por el nefasto personaje de Fernando VII. Este movimiento, como
todo movimiento literario, presenta una evolución, por lo que podemos dividirlo
en las siguientes partes:
Distinguimos entre prerromanticismo, romanticismo
(donde se engloba el protorromanticismo
o primer romanticismo) y romanticismo
maduro o pleno. El protorromanticismo
(llamado El alma de nuestro romanticismo
por Martínez Torrón) es un periodo que comprende desde 1795 a 1834. Por último,
el romanticismo pleno se desarrolla a partir de 1834.
El prerromántico toma aspectos de lo lúgubre,
sepulcral y mortuorio como parte de un decorado teatral, con cierta
thanatofilia. Por otro lado, el romántico transfigura ese interés por la muerte
y le confiere un sentido metafísico.
En el romántico exaltado, la muerte se asocia a la
fusión panteísta, al ingreso en la magnitud de la armonía cósmica (de ahí los
poemas de Espronceda a los astros). Por el contrario, la muerte en el
romanticismo tradicional se asocia a una idea vaga, a un sentimiento
legendario.
El tema del Destino y del anhelo son fundamentos del
pensamiento romántico, porque en este siempre hay un héroe joven que encara al futuro, al igual
que sucede en Espronceda. Los románticos relacionan el futuro con un amor
apasionado que acaba en la muerte. El hombre romántico es un individualista
radical que cree en la Libertad con mayúsculas porque con ella se puede
combatir el Destino, un futuro de gloria con muerte temprana tras vivir un amor
apasionado.
Hay que tener claro que entre el romanticismo español
y el romanticismo francés hay diferencias. En el Romanticismo español sobre
todo en Espronceda vemos que el catolicismo ha influido mucho menos que en el
romanticismo francés. En general, nuestro romanticismo es menos laico que el
del resto de Europa. Incluso autores conservadores como Rivas y Zorrilla son
más laicistas. Aunque en Espronceda aparece la huella del tempus fugit, de la
culpa y del desengaño barrocos, nuestro autor mantiene viva la característica
laica de su pensamiento.
La principal diferencia entre nuestro romanticismo y
el del resto de Europa reside en que los románticos españoles no sueñan y, por
otro lado, en el romanticismo español se ve una fuerte influencia de los modos
caballerescos del siglo de oro.
Ante la pregunta sobre qué es lo que aporta de nuevo
la idealización romántica frente a la de nuestros siglos anteriores,
respondemos: la pasión sensual del sentimiento en libertad, la mitificación
pasional de la dama, el individuo se convierte en independiente y marginal, se
busca la libertad política absoluta, en lucha contra el tirano. De esta forma,
el idealismo romántico posee la característica de convertirse en modo
revolucionario de vida, en norma de conducta en pro de la liberación del
individuo.
Por otro lado, podemos encontrar dos tipos de poetas
románticos: los que buscan la belleza como es el caso de Zorrilla y el
Duque de Rivas y los que buscan la libertad donde se encaja a Espronceda. Autor
comprometido, en contra de las injusticias sociales, que hace versos acerca de
lo que constituye su modo de vida, de ahí el fragmentarismo de su obra.
Por otra
parte, salvando por ejemplo algunos poemas Al
Sol y A la Estrella de
Espronceda, en el Romanticismo español no predomina el panteísmo lírico
idealista ni la grandiosidad del sentimiento de la naturaleza. En el
romanticismo Español predomina el pensamiento, la ideología.
Así, nuestro Romanticismo es comprometido e ideológico
sobre todo en Larra y en Espronceda. En esta poesía de Espronceda vemos una actitud
más verista que ficticia, al contrario que el romanticismo inglés francés y
alemán, el romanticismo español es más verdad, más cercano a los problemas y
realidades de la vida. Mientras que Espronceda le canta al mendigo o al verdugo,
los románticos ingleses prefieren la visión idealizada de los mitos griegos.
Por otro lado, el romanticismo exalta al héroe
demócrata. Esta característica es peculiar en España, pues nuestro país estaba
preparado para este tema a partir de la novela picaresca.
Otra característica de nuestro romanticismo reside en
el hecho de que apenas remite a los mitos, ya que le parecen probablemente
alejados de la verdad de la que antes hablábamos. Por ello nuestro romanticismo
se inspira frecuentemente en motivos de la historia nacional como Don Pelayo.
Hay más rasgos distintivos en nuestro romanticismo: El
Yo de Byron, la escasa presencia del subjetivismo romántico, presente en el
resto de Europa, etc. Hay que tener en cuenta las peculiaridades históricas y
políticas de nuestro país, de ahí que ciertos románticos españoles expresen su
sentimiento político, debido a que no encontraban su representación en la
democracia elitista.
Espronceda es un autor que tiene características
especiales. Nos encontramos ante un hombre comprometido al final de su vida,
como podemos comprobar en El diablo mundo
o que reta a Dios en El estudiante de
Salamanca. Es un poeta desencantando, un nihilista que hace himnos al amor perdido como sucede
en el Canto a Teresa. Espronceda, a
diferencia de Bécquer, no busca un amor imposible sino que añora la plenitud de
ese amor total ya sentido. Él no cree en nada porque sabe que la vida lo
destruye todo al final y por esta razón se muestra indiferente ante la
sociedad.
Por tanto, para entender mejor la postura de
Espronceda, debemos saber que se trata de una época de grandes cambios
revolucionarios y hemos de tener en cuenta hechos históricos como las Cortes de
Cádiz, el Trienio (sentir popular, el pueblo se levanta). La firma de La
Gloriosa, el sufragio universal, y la libertad de prensa, de religión, y de
asociación, etc..
En conclusión, para estudiar correctamente el
movimiento romántico en España, es preciso señalar que se trata de una época
histórica en que la ideología lo impregna todo, porque es un momento de grandes
cambios revolucionarios. Solo desde esta perspectiva puede enfocarse el tema
correctamente. Y de ahí se deduce además, la singular importancia
representativa de la figura de Espronceda, que simboliza en su persona la
pervivencia de todos esos vertiginosos momentos de cambio.
II. FUNDAMENTOS
TEÓRICOS ACERCA DEL ROMANTICISMO ESPAÑOL
Durante la Guerra de la Independencia había ya tres
facciones políticas: los serviles que buscaban la continuidad borbónica, los
reformistas ilustrados agrupados en torno a la Regencia y los liberales
progresistas (donde destaca la figura de Quintana, que buscaba una revolución
sin escándalo y sin desastres).
El romanticismo llega pronto a España. Asimismo, tanto
Azorín, como Sebold y Martínez Torrón coinciden en la existencia de un primer
romanticismo (Denominado El alba del
romanticismo español por Martínez Torrón) a finales del siglo XVIII, en el
que se engloban los poemas de Quinatana (nacionalista progresista que se
enfrenta a la inquisición) Ariadna y Al mar.
Podemos dividir el romanticismo español en las
siguientes partes:
Ø La ilustración constituiría la pubertad lejana de ese movimiento.
Ø El prerromanticismo
constituiría la adolescencia, marcada por el gusto sepulcral y horrísono, los
aspectos morbosos de la muerte.
Ø El romanticismo sería la
madurez, y se caracterizaría por el panteísmo, por la libertad erótica,
pasional, etc.
ü Primer Romanticismo o
protorromanticismo.
Ø Romanticismo pleno.
Ø Período de senectud:
Constituido por el postromanticismo becqueriano y la copla de Ferrán.
Las características del
romanticismo son las siguientes:
Ø Conflicto
entre amor y deber social, el amor como una expresión de una subjetividad
sincera. La libertad de sentimientos.
Ø Libertad
cívica y social, la libertad política, la lucha revolucionaria contra el tirano.
Ø Aparición
de lo que Lista llamaba el hombre interior, que es el imperio de lo subjetivo,
de los sentimientos.
Ø Gusto
por la naturaleza viva, el panteísmo.
Ø Existencia
de una fraternidad liberal internacional.
Por otra parte, las
peculiaridades de nuestro romanticismo son:
Ø La
lucha política, la muerte como hecho cotidiano de una guerra que lleva a la
aparición de unas Cortes revolucionarias.
Ø El
exilio. El rey no aceptaría el diseño de país que los liberales habían creado
y, por tanto el exilio caracteriza a la generación romántica.
Ø Influencia
del teatro del siglo de oro en las generaciones románticas. En este punto cabe
destacar la figura de Lista.
Ø Nuestro
romanticismo es muy ideológico, aunque luego derivará a la evasión medieval de
Rivas y Zorrilla (esto se debe al intento de buscar raíces en nuestro pasado,
ante una época en cambio vertiginoso donde nada había seguro).
Por último, Martínez Torrón hace
hincapié en la idea de que Quintana es verdaderamente el primer romántico
español, y no el prerromántico Cadalso, como afirma Sebold. Para argumentar
este argumento, Martínez Torrón alude al texto El romanticismo en la poesía castellana de César Vallejo.
III. BIOGRAFÍA DE ESPRONCEDA
José de Espronceda, auténtico
rebelde y revolucionario, murió por una afección en la garganta cuando se
desplazó con prisa hacia Aranjuez, donde se encontraba con su mujer, Bernarda
Beruete. Se dice que el nombre de ésta última mencionada, es su último amor.
Romero Tobar le considera
implicado en política, liberal exaltado que no buscó beneficios inmediatos
reportados por la cercanía al poder
político, frente a jóvenes escritores de su generación.
Era de una clase acomodada de la
Edad Media, hijo de un sargento mayor de caballería y nació en Almendralejo el
24 de Marzo de 1808. Su padre murió en 1833 cuando José retornaba al exilio en
España. Fue educado por su maestro Alberto Lista cuando ingresado en el colegio
en 1821, con quién escribió el Pelayo aunque el después lo continuó, después
Espronceda lo continuaría en su etapa de madurez. A principios de 1823
Espronceda con Ventura de Vega y otros amigos
funda la sociedad de los Numantinos en contra del absolutismo monárquico y a
favor de la soberanía popular. A Espronceda el 25 de Mayo de 1825 le condenan a
tres meses de reclusión en el convento de los franciscanos en Guadalajara.
Lista compuso algunas estrofas del poema El Pelayo de Espronceda , obra
iniciada en 1823, aunque nuestro poeta añadiría textos más adelante en su época
de madurez y quedaría inacabada (problema textual).
Espronceda emigra en 1827.
Lloréns es injusto con Espronceda, a quien considera “en Londres el señorito de
la emigración español”. Mientras Llorens opina esto acerca de Espronceda, en
nuestro siglo lo consideran como un joven serio y estudioso, como profesor
competente y diputado consciente de sus responsabilidades políticas. Lloréns
por el contrario cree en la imagen de calavera de nuestro autor, “joven
elegante y donjuanesco”. Espronceda a menudo viajaba por fines revolucionarios,
y se registra a la casa de sus padres.
Espronceda es un líder revolucionario en Francia y es alejado a Burdeos en
1831.
Por otro lado, tenemos que tener
en cuenta que muchas de las obras escritas por Espronceda es escriben en la
emigración. Ej. “La despedida del patriota griego de la hija del apóstata”.
Punto de vista: La palabra
romántico llega a España en 1821 y de la mano de Lista y Quintana. Pero los
jóvenes de Cádiz de 1812 y la Guerra de la Independencia al menos en su ala
liberal son ya totalmente románticos, aunque no tengan conciencia de ello.
Definición de romántico: un héroe revolucionario
perseguido por la policía europea, enamorado apasionadamente de una dama casada
a la que seduce, sobreviviendo de sus clases de esgrima, participando en
acontecimientos políticos de índole revolucionaria. Llórens señala la
colaboración de Espronceda en 1834 con el aventurero Eugenio de Avinareta por
lo que fue detenido con otros compañeros, acusados de modificar el Estatuto
para volver a la Constitución de 1812. (Carácter profundamente histórico). Aquí
vemos ya a un Espronceda comprometido más profundamente en la vida política.
Llórens no analiza sólo la vida del autor sino que también su producción
literaria.
IV. LOS BIÓGRAFOS SOBRE ESPRONCEDA. EVOLUCIÓN DE LA VISIÓN CRÍTICA SOBRE
EL AUTOR.
Ferrer del Río, nos muestra a un héroe rebelde y apasionado, paradigma
perfecto de la juventud romántica. Elogia la composición temprana de El Pelayo como ejemplo de choque entre
dos civilizaciones, la occidental y la oriental, destacando el Cuadro del
Hambre y el Sueño del Rey Don Rodrigo.
De las obras poéticas y escritos
de Espronceda sólo apareció el primer volumen, con alteraciones textuales que
han sido denostadas por la crítica moderna como por el profesor Robert Marrast.
Otras obras sin embargo aparecieron póstumamente, hasta fecha relativamente
cercana.
Por otro lado, Rodrigo Solís hace una biografía de
Espronceda muy completa, ya que comprende muy bien los movimientos
revolucionarios del XIX español y también aportó textos desconocidos de
Espronceda: De Gibraltar a Lisboa, La jerusalem del Tasso y la Henriade de Voltaire y artículos como
Poesía e influencia del gobierno sobre la
poesía. Ubica y relaciona tempranamente la vida de Espronceda y
siempre desde la perspectiva de un
historiador liberal. Los textos de Rodrigo Solís son textos amenos, vibrantes,
llenos de vida y, por tanto, se leen con deleite. Van mucho más allá de la mera
recopilación de datos a los que luego nos acostumbrará el positivismo. También
aporta datos sobre la importancia del republicanismo y las ideas
enciclopedistas ya desde la España del XVII con datos sobre persecuciones.
Recoge noticias de primera mano de
amigos del poeta como Miguel de los Santos Álvarez, Ros de Olano,, HARTZENBUSH,
etc. Por último, decir de este autor que
su obra contiene valiosa información casi intrahistórica, por ejemplo las
páginas que dedica a la lectura del Parnasillo.
Otro estudio interesante es el de
Antonio Cortón, que redacta, de
forma casi narrativa, un ensayo discursivo y literario escrito desde la
subjetividad, que rompe con la leyenda de un Espronceda rebelde y
revolucionario, pues piensa que participó en revueltas en las que había más
ruido que nueces. Cortón le considera un reformista moderado que muere cuando
estaba integrando su vida y rehaciendo sus sentimientos. Le considera un
idealista religioso y soñador. Cree en un Sancho Saldaña apócrifo y en las
referencias sobre el Diario de Sesiones de las Cortes, que debieron dar la
pista a Marrast para recogerlas en sus Articles
et disccours oubliés.
Frente al modernismo de Cortón, Cascales representa el positivismo
incipiente. Frente al subjetivismo aporta una visión más exigente con un estilo
rápido, diligente y dinámico pero siempre apoyado en los datos. Se trata de un
excelente estudio que descubre aspectos muy interesantes de la vida de
Espronceda. Considera a Espronceda de posición económica desahogada. Falsea su
imagen al estimarle católico, que no se sacrificó por ninguna mujer y cuyo
alarde revolucionario sería un deporte elegante del tiempo, lo que hace es tergiversar
la imagen del autor, lo acerca a una perspectiva conservadora, que no se
identifica para nada con Espronceda. Cascales llama a Espronceda “el gran
lírico y el vulgar diputado” así como también lo denomina “un perfecto burgués
y un disciplinado político”.
Cascales minimiza la influencia
de Byron sobre el poeta español y además, recoge un texto de Rodrigo Solís,
según el cual, Espronceda es superior a Byron y será siempre el poeta del
pueblo, “poeta de la patria, de la libertad y del amor”.
Como conclusión, los libros de
Rodríguez Solís, Cortón y Cascales transmiten una intensa emoción ante la obra
de Espronceda, y hay que recuperar su lectura para comprender mejor la obra de
nuestro autor, pese al tiempo transcurrido desde su edición. Junto a estos
textos, debe mencionarse el trabajo de Alonso
Cortés, donde se contienen valiosas aportaciones sobre la autenticidad y
atribución de determinados poemas esproncedianos, así como los lugares de la
prensa en que aparecieron.
Hay que finalizar destacando el
trabajo más extenso y más mencionado sobre la vida de Espronceda, que es el de
Robert Marrast, aunque abarca biográficamente solo hasta 1838 y literariamente
hasta El estudiante de Salamanca.
Hay que decir que Costón y
Cascales han falseado la figura de Espronceda con una visión bienpensante. Nuestro
autor es un rebelde constitutivo toda su vida y un hombre políticamente
vinculado con el grupo minoritario pero muy influyente del conde de las navas y
otros líderes de la época del Espartero.
Resumen personal extraído de:
- Autores: José de Espronceda; Diego Martínez Torrón (ed. lit.)
- Editores: Cátedra
- Año de publicación: 2006
- País: España
- Idioma: español
- ISBN: 84-376-2307-3
Con cien poemas por banda
- Autores: José Ignacio Gracia Noriega
- Localización: Revista de libros, ISSN 1137-2249, Nº. 122, 2007 , págs. 39-40
- Idioma: español
Se recomienda adquirir el libro: Casadellibro