lunes, 26 de mayo de 2014 - 0 comentarios

Coplas a la muerte de su colega: Léxico, campos semánticos y realidad histórica

En Coplas a la muerte de su colega, Luis García Montero emplea un léxico fácil de entender, renovado (se usan palabras de la época como colega, camello, pasota, colgados y roqueros) coloquial (colega, pasota, chorizos tironeros, drogota, colgados, camello, canutos) y con vocabulario de las Coplas manriqueñas (fiero, buscallos, déjonos).
Asimismo, hay diversos campos semánticos: campos semánticos que aluden al dinero (pagada, vendieron, ricos, plusvalir, pagos), a los suburbios urbanos (roqueros, canutos, chorizos tironeros, jeringuilla, drogota, navaja, camello, colgados), a personajes importantes dentro de la sociedad (generales, toreros, cantantes de revista, marqués, corista, generales, Marilyn, los Beatles), a partes del cuerpo (labios, ojos, corazón, manos, pestañas, órgano certero que se puso tan derecho en el amor, cara) a la muerte (navaja, ambulancia, muerte, gatillo).
El campo semántico que alude a personajes importantes se relaciona con el tópico literario omnia mors aequa y tempus fugit, pues la muerte llega a todos, ya sean ricos o pobres. Mediante el campo semántico del dinero, las Coplas muestran una crítica a la sociedad capitalista, denunciando la explotación de los ricos hacia los pobres. De esta misma forma, el campo semántico que alude a los suburbios refleja una parte de la sociedad de la época: tras la muerte de Franco en 1975, un grupo de personas rebeldes, generalmente jóvenes, rompen con los convencionalismos sociales y frecuentan este tipo de lugares, así surgen diversos movimientos artísticos y aumenta el consumo de drogas. El protagonista de las Coplas de García Montero es uno de estos rebeldes.

Coplas a la muerte de su colega: Continuidad y transformaciones en el modelo

Las coplas a la muerte de su colega toman como referente a Jorge Manrique. Luis García montero cuestiona los valores tradicionales renacentistas de las coplas a la muerte de su padre. Así, muestra una parodia de los valores tradicionales de la época renacentista.
Frente a la estructura tripartita de las Coplas de Manrique, que presentan una estructura tripartita, García Montero divide sus coplas en dos partes. Maria de el Puig Andrés, en su artículo Deconstrucción e imitación de las coplas manriqueñas en Luis García Montero y Jorge Luis Borges, explica esta estructura bipartita: en una primera parte (coplas 1-8) expone el carácter universal y filosófico de la vida y en la segunda parte (coplas 9-13) se centra en la vida de su colega. De esta forma, tanto Manrique como García Montero presenta en sus coplas una estructura deductiva.
En la tercera copla, García Montero rompe con los valores tradicionales y parodia la famosa copla manriqueña “nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar/ que es el morir”. Esta parodia es, a su vez, una crítica la sociedad.
Asimismo, mientras que en las coplas manriqueñas el protagonista es un personaje elevado e importante, en las coplas a la muerte de su colega, el protagonista es un personaje de la ciudad y los suburbios.
Las Coplas de Manrique y las de García Montero tienen diversos tópicos literarios en común: tempus fugit, memento mori, ubi sunt y omnia mors aequa. Todos ellos relacionables con el paso del tiempo y la muerte.
Como dice Maria del Puig Andrés en el artículo anteriormente citado, las coplas a la muerte de su colega son una deconstrucción de las Coplas manriqueñas por medio de la parodia. Por otra parte, esta autora expone cómo Jorge Luis Borges toma el mismo modelo y lo trata de forma distinta en su libro Para las seis cuerdas.

Coplas a la muerte de su colega: Modelo de relación con los clásicos

Tomando como modelo las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique, las Coplas a la muerte de su colega se relacionan mediante el tema de la elegía con Catulo y su poema 101 (poema dedicado a la muerte de su hermano), con Miguel Hernández y su elegía a Ramón Sijé y con Federico García Lorca y su Llanto por Ignacio Sánchez Mejías.
La crítica a la sociedad de la época de las Coplas de García Montero remite a obras como El Lazarillo (autor desconocido). Así, los protagonistas de ambas obras no son personajes elevados y cultos, sino marginales. En relación con esta última característica, podemos relacionar las coplas de García Montero con La Celestina de Fernando de Rojas, pues en ambas obras aparecen personajes bajos y se habla del dinero y de su poder corruptivo.
Por otra parte, también remiten a diversos tópicos literarios: tempus fugit, memento mori, omnia mors aequa, ubi sunt, carpe diem.

Coplas a la muerte de su colega: La obra de Luis García Montero

Luis García Montero es uno de los principales representantes de la poesía que surge con la consolidación de la democracia.
Su primer libro Y ahora eres dueño del puente de Brooklyn (1980), alude a la iconografía vanguardista del Lorca de Poeta en Nueva York. Tristia (1982) fue publicado por el autor apócrifo Álvaro Montero (Álvaro Salvador y García Montero). Por otra parte, su libro El jardín extranjero (1983), obtuvo el premio Adonais y se convirtió en referencia de la poesía española a comienzos de los ochenta. Su ideología se plasma en el proyecto colectivo La otra sentimentalidad (1983) Antología Manifiesto elaborada por García Montero, Álvaro Salvador y Javier Egea. Este grupo, poseía la influencia ideológica marxista de Juan Carlos Rodríguez. Más tarde, estos aspectos se desplazaron a la poesía de la experiencia.
En 1987, García Montero publica Diario Cómplice, Aquí, el autor emplea una gran variedad de registros y una pluralidad rítmica que adquieren desarrollo en Las flores del frío (1991). En este poemario, García Montero enmarca las composiciones en un entorno brumoso que refleja las incertidumbres que acechan al protagonista. Las vacilaciones ideológicas postmodernas se plasman en Habitaciones separadas (1994). En este mismo año edita Además (volumen misceláneo que recopila tres obras de juventud)
El tema amoroso y erótico aparece en su obra Completamente viernes (1998). Por último, La intimidad de la serpiente (2003) disuelve las fronteras entre sujeto lírico y sujeto real.