miércoles, 29 de enero de 2014 - , 0 comentarios

El Abencerraje: Caballeros, pastores y moros

Caballeros, pastores y moros

Estos son los personajes protagonistas de tres subgéneros de la literatura: morisca, pastoril y de caballería.
Estos tres subgéneros poseen una característica común: el amor idealizado. Se trata de forma muy similar pero con diferentes matizaciones. En la novela morisca –al igual que en la de caballerías- la concepción del amor está unida al honor, el amor es la “fuerza motivadora del héroe”; en la novela pastoril este es el tema principal, pero, generalmente se trata como un amor no correspondido que provoca sufrimiento en el pastor.
El moro y el caballero poseen muchas características en común: honor, valor, generosidad, virtud caballeresca, dignidad. Asimismo, hay pasajes en la novela morisca que nos recuerdan a la novela de caballerías (duelo entre Narváez y Abindarráez-encuentros de Amadís). El personaje del moro parece la superación del caballero por presentar un equilibrio entre armas y amor.
El pastor –frente a los valores del caballero y  el moro- es un personaje culto y refinado que se dedica a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del amor.
Tanto el moro como el pastor y el caballero son personajes planos
PASTORIL: estructura armónica, ritmo lento del relato, atemporalidad, personajes planos (al igual que en los libros de caballerías y la novela morisca)
Caballerías: Fidelidad y castidad, libros de larga extensión, predominio de lo maravilloso y mágico (mezcla de sucesos fantásticos con reales) valentía, madurez, fortaleza, prosa elaborada.

- , 0 comentarios

El Abencerraje: Otras obras de la “literatura morisca"

Otras obras de la “literatura morisca”

Dentro de la “literatura morisca” encontramos –además del Abencerraje- otras obras que se pueden encuadrar dentro de este género.
Es el caso de la obra Guerras civiles de Granada publicada en 1595 por Ginés Pérez de Hita. En ella se narra la historia del reino de Granada hasta principios del siglo XVI junto con las rivalidades entre zegríes y abencerrajes, y las luchas entre moros y cristianos. La obra se sitúa en los tiempos del último estado islámico de la península y en la guerra de conquista, de esta forma, también se narran episodios amorosos, lances caballerescos presentando una bella visión de la Granada de la época. Esta obra apareció en dos partes, de las cuales la segunda es fundamentalmente histórica y posee una lejana relación con la literatura de ficción.
La historia de los dos enamorados Ozmín y Daraja es una novela morisca breve insertada en la obra La vida de Guzmán de Alfarache escrita por Mateo Alemán. Esta historia es referida en el capítulo VIII por un fraile y trata sobre la felicidad de una pareja mora que se ve turbada por los problemas de la guerra entre moros y cristianos. El tema principal de la obra es el cautiverio que se da en el personaje femenino Daraja, situación condicionada por la novela bizantina (donde abunda el tema del cautiverio).
En cuanto a los Romances que pertenecen a este género, sobresalen musulmán granadí de Pedro Horquilla y Amor de celosía de Lope de Vega.

- , 0 comentarios

El Abencerraje: Semejanzas y diferencias con Lazarillo de Tormes

Semejanzas y diferencias con Lazarillo de Tormes

A primera vista, una obra parece la contraposición de la otra. Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de
diferencias, ambas novelas presentan diversas similitudes.
Mientras que el Abencerraje se caracteriza por su neoplatonismo amoroso, el valor de la amistad, la nobleza de espíritu, la cortesanía, etc., el Lazarillo de Tormes se caracteriza por la voluntad, el esfuerzo del individuo, el valor de la experiencia, el sentido práctico de la existencia, etc. Asimismo el Abencerraje se sitúa en un mundo de valores caballerescos, dominado por el honor, el amor y la generosidad mientras que el Lazarillo se sitúa en una sociedad plagada de egoísmos, contradicciones y aspectos negativos. Los personajes del Lazarillo son marginales de clase social baja y –al contrario- los del Abencerraje son elevados, de alta condición social. Asimismo ambas obras poseen un estilo literario totalmente distinto y son totalmente diferentes en el terreno de los valores morales.
A pesar de tanta contraposición encontramos diversas similitudes: formalmente, son novelas breves y sin autor. Ambas originaron -con el paso del tiempo- un  nuevo subgénero de la narración (morisco y picaresco), poseen sutiles ironías y hondas verdades psicológicas, ambos protagonistas buscan la dignidad personal y las dos obras encarnan las mejores cualidades de la mentalidad humanista española.

- , 0 comentarios

El Abencerraje: Relación de la novela con los romances

Relación de la novela con los romances

En cuanto a los romances de la época inmediatamente anterior a la novela, no encontramos ninguno que contenga la trama del Abencerraje, sin embargo sí encontramos una serie de características que podrían haber influido en la obra. La temática principal de este tipo de romances es del moro enamorado, la desgracia de los abencerrajes, el moro noble, la riqueza de Granada, el moro que suspira y llora, etc. Obviamente, esta temática influyó en la obra del Abencerraje. De esta forma, los lectores pudieron establecer cierta relación entre los personajes de la novela y los otros moros literarios del romancero.
Entre la temática predominante del conjunto de romances está el elogio al moro y a su amada jarifa, la desgracia de los abencerrajes, los primeros amores entre Jarifa y Abindarráez, la gratitud de los moros hacia Rodrigo, de cuando don Rodrigo rindió al moro y -en menor- medida encontramos temas como los celos
que siente Abindarráez por Jarifa y viceversa.
Con lo referente al romancero publicado en una época posterior a la novela, se compone de romances que pertenecen al romancero nuevo. Así, Los romances que surgen a partir del Abencerraje se agrupan bajo la división de moriscos. De 1580 a 1560 cobran importancia el romancero morisco y el pastoril. Este romancero morisco nos mostraba una Granada luminosa, llena de palacios y jardines, con moros valientes y apasionados entre los que está Abindarráez. En este tipo de poemas se le da más importancia a Abindarráez y Jarifa, dejando a Narváez en un segundo término. Por ello el romancero rompe la unidad estructural del Abencerraje. Asimismo, se le quita importancia a la historicidad.
La trama y los personajes de la novela pronto prendieron en los romances, pues los romancistas solían verter rápidamente los temas conocidos por el público. Un ejemplo de ello es  la versión completa incluida en la obra Rosa de amores de Juan Timoneda. En este romance el autor adapta la obra completa en función de los gustos del público.

- , 0 comentarios

El Abencerraje: Obras en coyuntura (años inmediatos)

Otras obras en la coyuntura (años inmediatos)

La novela morisca, junto con la pastoril y la bizantina, adquiere fama en la segunda mitad del siglo XVI. Así, la novela de caballería (que había dominado el panorama literario de la primera mitad de siglo) pierde importancia. Aun así, se publicaron libros como por ejemplo Olivante de Laura de Antonio de Torquemada (1564).
Se publican novelas pastoriles en una los años inmediatos a El abencerraje: Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor, publicada en 1559, La ausencia y soledad de amor, de Antonio de Villegas (libro misceláneo publicado en 1565), Gil Polo publica una continuación de la Diana en 1564, que no es sino una crítica de su inspiradora: Diana enamorada (Valencia, 1564).
De la novela bizantina, se publica La selva de aventuras (1565) de Jerónimo Contreras.
En cuanto a la poesía, se publican dos obras de la poesía cantada: una de Juan Vázquez, Recopilación de sonetos y villancicos (1559), otra que aparece en Barcelona, Flor de enamorados (1562).
Se publican también otro tipo de libros, como el primer libro de viajes español (Viaje de Turquía, escrito por Cristóbal de Villalón hacia 1557 o 1558), el cuento (Sobremesa y alivio de caminantes (1563) y El buen aviso y Portacuentos (1564), ambos de J. Timoneda)

- , 0 comentarios

El abencerraje: Elementos de la narrativa idealista del siglo XVI

Elementos de la narrativa idealista del siglo XVI

Las características de la narrativa idealista (morisca, caballeresca, sentimental, bizantina y pastoril, que aparecen en la segunda mitad del siglo XVI) se plasman en el Abencerraje, pues muestra un mundo utópico, en el que hay un ideal de convivencia entre las culturas morisca y cristiana, refleja amores idílicos de base platónica o caballeresca, está protagonizado por personajes elevados que son -a su vez- planos, sus protagonistas están idealizados (valentía de Abindarráez cuando lucha, belleza de Jarifa, fidelidad), etc.. Otras dosis de idealismo presentes en el Abencerraje son el amor virtuoso, la maurofilia (los moros son tratados a un nivel de igualdad), el optimismo, el gusto por el exotismo del mundo musulmán, las ideas caballerescas de honra y dignidad, las ideas de soledad y recuerdo, etc.
Asimismo, el idealismo no llega a sus límites exagerados en esta obra (el tema del amor en el Abencerraje se idealiza pero no llega a los extremos de La diana)

- , 0 comentarios

El Abencerraje: Relación con el contexto sociopolitico

Relación con el contexto sociopolítico

Entre 1561 y 1565 reinaba Felipe II España, rey que convirtió la Monarquía Española en la primera
potencia de Europa y que llevó el imperio español a su mejor momento, convirtiéndolo en el primer imperio mundial.
Felipe II gobernaba un estado absolutista, en el que se imponían los valores nacionales bajo la doctrina política del imperialismo, que se apoyaba en el estado y en la iglesia. La única religión permitida  era la católica, impuesta por encima y en contra de todo.
El Abencerraje surge en un momento de polémica, cuando las tensiones entre moriscos y cristianos se estaban agudizando. Estas tensiones llegaron a su culmen con la Pragmática antimorisca de 1567, que limitaban libertades religiosas, lingüísticas y culturales y dio lugar a la revolución de las Alpujarras (1568-1571). El idealismo que presenta el Abencerraje choca con la realidad de la época. Parece que la obra tenía la intención de intervenir en la polémica, postulando una enseñanza que no se superará en mucho tiempo; coexistencia pacífica entre musulmanes y católicos. Sin embargo, los ganadores de esta polémica fueron los ortodoxos inflexibles.
Asimismo, esta obra retiene tres elementos históricos: la topografía del reino de Granada, el hecho histórico de la matanza de los Abencerrajes y el personaje de Rodrigo de Narváez (que participó decisivamente en la conquista de Antequera)


- , 0 comentarios

El Abencerraje: la transmisión del texto en el siglo XVI

La transmisión del texto en el siglo XVI

De la obra El Abencerraje se conservan diversos textos con diferentes versiones. En orden cronológico
están:
→La única versión del Abencerraje impresa en el siglo XVI como obra independiente, es la que conforman dos ediciones muy similares publicadas en 1561; Edición Chrónica y Corónica s. a.
La edición Chrónica fue impresa en Toledo por Miguel Ferrer. El ejemplar que se conserva en la actualidad carece de los preliminares y del folio primero. Por otro lado, de la edición Corónica s.a. solo se conserva un único ejemplar que está incompleto.
→En 1562 se imprime en Valladolid una nueva edición del Abencerraje en la parte sexta de La Diana de Jorge de Montemayor. Se intercala un relato del Abencerraje que no es sino una reelaboración con vistas a su inclusión en el libro pastoril.
→ Antonio Villegas publica otra versión en el libro Inventario. La primera edición conocida se publicó en 1565. Este relato ha sido “considerado en todo tiempo el más digno de recuerdo por su sentido del arte”, como dice Morales Oliver en su libro La novela morisca de tema granadino.
→Por último, A finales del siglo XVI encontramos una versión reducida sobre el Abencerraje en el manuscrito Historia del moro. Debido a su brevedad, esta edición no adquiere tanta relevancia como las anteriores.



- , , 1 comentarios

Comentario de Texto: Poema de apolo persiguiendo a Dafne

A Apolo, siguiendo a   Dafne Francisco de Quevedo

Bermejazo Platero de las cumbres 
A cuya luz se espulga la canalla: 
La ninfa Dafne, que se afufa y calla, 
Si la quieres gozar, paga y no alumbres.

Si quieres ahorrar de pesadumbres, 
Ojo del Cielo, trata de compralla: 
En confites gastó Marte la malla, 
Y la espada en pasteles y en azumbres.

Volvióse en bolsa Júpiter severo, 
Levantóse las faldas la doncella 
Por recogerle en lluvia de dinero.

Astucia fue de alguna Dueña Estrella, 
Que de Estrella sin Dueña no lo infiero: 
Febo, pues eres Sol, sírvete de ella.

Comentario Poema
Nos encontramos ante un soneto clásico de Francisco de Quevedo compuesto por dos cuartetos y dos tercetos.
 El tema central de la composición es la parodia del mito clásico de Apolo y Dafne.
En cuanto a la estructura, el texto se divide en tres partes. En primer lugar, Quevedo introduce el tema que estamos tratando referido a Apolo y Dafne. A continuación, podemos apreciar una segunda parte, que englobaría la segunda y tercera estrofa; en ellas se describe la forma a través de la cual Apolo puede conseguir a Dafne.  Para concluir, vemos  una tercera parte constituida por el segundo terceto  en el que el personaje de la dueña  actúa de mediadora entre Apolo y Dafne.
A pesar de ello, hay críticos que piensan que el texto no presenta ninguna estructura, pues defienden la idea de que no hay una diferencia temática entre las estrofas.
En relación con la terminología empleada por Iser,  a través de las estrategias que organizan el repertorio, podemos deducir que el texto comporta conocimientos previos referidos a textos precedentes y a un determinado contexto –sociocultural- necesarias para la producción de una situación, se realiza una actividad de construcción irrealizable sin la presencia del lector, que actualiza el significado textual en el proceso de lectura. En este sentido, cada texto contiene una serie de huecos o lugares de indeterminación, en los que el lector, a través de su repertorio puede alcanzar una completa interpretación del texto.
Antes de empezar con el análisis del poema, contábamos con unos conocimientos previos de las diferencias entre las estéticas renacentista y barroca, así como del cambio que se produjo.
Como hemos dicho anteriormente, el texto de Quevedo se vertebra en la parodia del mito clásico de Apolo y Dafne. En un principio, el texto se abre con un circunloquio ‘Bermejazo platero de las cumbres’ en este circunloquio se pueden observar dos huecos, o lugares de indeterminación que pueden  dar lugar a diferentes interpretaciones: Bermejazo: aumentativo despectivo, que alude no sólo al color rubio del sol, sino también a Judas, «el peor de los hombres», que según la tradición tenía el pelo rubio rojizo («ni perro ni gato de aquel color», decía Quevedo aludiendo a los judíos y ladrones respectivamente); el otro elemento de este circunloquio es el adjetivo platero que alude al brillo del sol (*2).
En el  segundo verso podemos ver a Dafne identificada con la figura de una canalla. En este sentido, la ninfa trata de desprenderse de todas las incomodidades proporcionadas por Apolo, esto se expresa con el verbo “expurgar” que posee connotaciones negativas. Así, Dafne –en el mito clásico- no es una canalla, sino una ninfa (semi-diosa) que no tiene que ser expurgada como una pulga (en un sentido peyorativo), sino que huye inmediatamente cuando ve la luz (Apolo). Por lo tanto, este verso muestra una imagen sórdida de una canalla situada por encima del dios Apolo. De esta manera se puede relacionar con la prostitución y el tema de la misoginia en Quevedo.
En el tercer verso percibimos una serie de isotopías fónicas (o aliteraciones) del fonema fricativo labiodental “f”, que refuerzan la idea de huida de Dafne y  de su sofoco.  A continuación, en los versos tres y cuatro, el autor emplea dos imperativos a través de los cuales incita a Apolo para que pague a Dafne, lo que confirma la posición de la ninfa como prostituta. Además, el hecho de que el poeta de órdenes a un dios puede considerarse irónico.
En los primeros dos versos de la segunda estrofa, el poeta repite la idea que acaba de exponer: “Si quieres
ahorrar de pesadumbres/ojo del cielo, trata de copralla,”. La metáfora aposicional que encontramos en este último verso (ojo de cielo) muestra la alta tasa de literariedad presente en el soneto; así, la incongruencia entre esta alta tasa de literariedad y la bajeza del tema resulta muy irónica.
A nuestro juicio, en este punto se produce la primera ruptura temática. Los dos últimos versos dejan de dirigirse como hasta ahora a Apolo y explica lo que otros dioses han hecho para conseguir a sus amantes.
En las dos últimas estrofas del cuarteto, hay tres palabras que no hay que entender literalmente: confites, pasteles y azumbres. Estos tres sustantivos son una imagen que simboliza el placer efímero. Asimismo, la imagen de espada alude al falo. Un personaje elevado (Marte) cambia la espada (falo) por dulces, azumbres (el placer efímero). Esto recuerda a una enfermedad de transmisión sexual muy común en la época: la sífilis.
En el primer terceto, el poeta nos da otro ejemplo de un dios que ha conseguido a una mujer a través del dinero. Esta vez Quevedo utiliza el mito de Júpiter y Dánae para ilustrar su idea de que hay que pagar o dar dinero a las mujeres si se quiere gozar de ellas. El encabalgamiento entre el segundo y el tercer verso del terceto parece enfatizar la facilidad con la que Júpiter, una vez que se ha convertido en una bolsa, puede entrar en las faldas levantadas de la doncella. Una vez más nos encontramos ante una versión distorsionada de un mito clásico: en el mito original, Júpiter consigue entrar en la torre donde el padre de Dánae la ha encerrado, por convertirse en lluvia dorada y así entrar por la ventana. No se trataba necesariamente de dinero, sólo de la astucia del rey de los dioses para conseguir lo que quería. Así las imágenes gráficas que el poeta evoca en estos versos, además de ser explícitamente sórdidas, nos parecen una verdadera deformación del mito original.
El segundo terceto tiene una alta tasa de literariedad. Primero, pensemos en el sentido figurado de estrella y en el sentido de dueña en el contexto de este poema. Como está escrito en las notas aclaratorias “estrella” conviene muy bien al campo semántico del cielo, de los dioses y del sol que tenemos en este soneto pero también se entiende en su acepción de «hado», «destino».  “Dueña” tiene varios significados pero aquí es muy probable que se refiera a la mujer que se encarga de un burdel y de sus prostitutas. Por lo tanto, podemos traducir la última estrofa del poema  así: ser astuta (es decir, hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin) fue el destino de alguna dueña e infiero este hecho de mi propia experiencia: por lo tanto, como es tu hado hacerlo también, Apolo, sírvete de la dueña, dándola dinero, y de esta manera tendrás tu mujer. Así en esta última estrofa en la que el personaje de la dueña  actúa de mediadora entre Apolo y Dafne se ve hasta que punto Quevedo ha deformado el mito original del dios del sol y de la ninfa para adaptarlo a su visión misógina de las mujeres de su época. Finalmente, cabe destacar las numerosas palabras que pertenecen al campo semántico del dinero en este poema: platero, paga, ahorrar, compralla, gastó, bolsa, dinero, dueña. Se puede argumentar que este soneto satírico constituye una crítica de la avaricia y la corrupción de las mujeres españoles de la época y, más generalmente, de la decadencia y corrupción de sus país por parte del poeta.

Intertextualidad
-Literaria: Garcilaso de la Vega,  Soneto XIII. (Se trata el clímax del mito de Apolo y Dafne; momento en que Dafne se convierte en laurel. Se sigue el modelo clásico)
-Semiótica: Tiziano, Dánae recibiendo la lluvia de oro. (recoge dos elementos característicos del soneto: La lluvia de oro y la criada -que puede equipararse con la bolsa de dinero y la dueña respectivamente-)
.-Semiótica: Bernini, Apolo y Dafne (Refleja la deformación del poema representada en la escultura mediante la torsión de las figuras y el tratamiento de los paños)
-Literaria: Pierre de Ronsard, poeta francés del Renacimiento.
“Je voudrais bien richement jaunissant,
En pluie d’or[1] goutte à goutte descendre
Dans le giron de ma belle Cassandre,
Lorsqu'en ses yeux le somme va glissant;”


Notas Aclaratorias
(Extraídas de Crosby, J.O., Francisco de Quevedo. Poesía Varia, Cátedra, Madrid, 1982)
(*1) Bermejazo: aumentativo despectivo, que alude no sólo al color rubio del sol, sino también a Judas, «el peor de los hombres», que según la tradición tenía el pelo rubio rojizo («ni perro ni gato de aquel color», decía Quevedo aludiendo a los judíos y ladrones respectivamente); el otro elemento de este circunloquio es el adjetivo platero que alude al brillo del sol
(*2)Platero: nueva imagen visual, del brillo de la luz del sol.
La canalla: Según DRAE se define como gente baja, ruin. Esta imagen se puede contrastar con el tópico literario de mujer cómo rosa característico de la poesía amatoria. Este hecho acentúa la temática del poema.
(*3)se afufa: huye (voz muy vulgar).
(*4)El amorío más conocido de Marte, dios de la guerra, fue con Venus (lo relata Ovidio, Metamorfosis, lib. IV, vs. 171 y ss.); Quevedo lo actualiza mediante las imágenes de los confites, los pasteles y los azumbres (éstos fueron una medida líquida, pero la palabra se empleaba también para significar “mucha cantidad de vino”).
(*5)Para gozar a la ninfa Dánae. Júpiter se convirtió en una lluvia de oro, y ella consintió (Horacio, Odas, lib. 111, Oda XVI).
(*6)Las dueñas ahuyentaban a los enamorados pobres y procuraban a los ricos (véase el poema 123, vs. 45-56)
(*7)Estrella: corresponde al contexto del cielo, del sol y de los dioses; también se entiende en su acepción de «hado», «destino», manipulado por una dueña.
(*8)Febo: Apolo.
(*9)Sol: en el sentido mitológico, rey de las estrellas, que puede servirse de ellas; y en el figurado, oro (por su color amarillo).
(*10)sírvete de ella: (El poeta se burla de las dueñas como alcahuetas: el galán se servirá de ella como medianera o tercerona de sus amores. La idea del pago corresponde a los vs. 4, 6, 9 y 11)

viernes, 10 de enero de 2014 - , , 0 comentarios

Forma y Función del verbo (Parte 4)

 (Ir a parte 1)  (Ir a parte 2) (←Ir a parte 3)

Gerundio:
• Usos desviados:
  con valor de imperativo  ¡Andando, niños!;  ¡Venga, todos sujetando la pared!
  verbo principal de enunciados exclamativoimperativos:  ¿Qué?, ¿tomando el sol?
  pie de foto: El jugador haciendo ejercicios de calentamiento antes de entrar al campo.

  Cuando esta forma no personal del verbo sirve para ubicar cronológicamente la acción que codifica con respecto a la acción expresada por el verbo principal, puede enunciar una acción: – Simultánea a la expresada por el verbo principal: Teniendo yo once años, ingresé en la escuela.
  Inmediatamente anterior a la expresada por el verbo principal: Alzando la jarra con las dos manos, la dejó caer sobre mí.
  Inmediatamente posterior a la expresada por el verbo principal: Se fue de la clase dando un portazo y haciendo mucho ruido.
A diferencia de las tres posibilidades anteriores, que se consideran perfectamente aceptables en la norma ejemplar del español, también es factible que el gerundio exprese posterioridad no inmediata. Pero en esos casos la norma prescriptiva ya no es tan permisiva:
-A los setenta años emigró a América, *muriendo en Méjico; Tuvo que retirarse del trabajo, *muriendo poco después; Dijo aquella tontería, *arrepintiéndose días después.

La RAE acepta ciertos usos del gerundio como adjetivo, siempre que estos estén lexicalizados,
como ocurre con los gerundios ardiendo, hirviendo y tirando: Echaban chorros de agua hirviendo;  Había muchas velas ardiendo.
El uso del gerundio en lugar de una oración subordinada adjetiva se considera incorrecto en frases como: *Traen una caja conteniendo cien fusiles.;  *Se necesita empleado sabiendo cocinar. Lo correcto sería: Tengo una caja que contiene cien fusiles;  Se necesita empleado que sepa cocinar.

En este sentido, hay que preguntarse lo siguiente: ¿De dónde procede esta estructura sintáctica que la norma prescriptiva se niega a aceptar?
Hay que remontarse a la etimología del gerundio castellano.  En latín había dos participios, el participio de pasado y el de presente, el participio de presente, equivale a nuestras actuales oraciones subordinadas adjetivas del tipo que ama, que ignora, etc.
Pues bien, cuando nos hallamos ante un gerundio adjetivo como -*Traen una caja conteniendo cien fusiles, lo que ocurre es que el gerundio ha asumido indebidamente el valor adjetivo del antiguo participio de presente latino, que en el sistema del español actual tampoco le corresponde al gerundio, ya que se realiza mediante oraciones subordinadas adjetivas.

¿Por qué censura la norma prescriptiva estas construcciones de gerundio adjetivo? Porque son contrarias tanto al sistema gramatical del español actual (que dispone para ese significado de las oraciones subordinadas adjetivas), como al sistema del latín, en que ese valor tampoco era propio del gerundio, sino que correspondía al participio de presente, hoy desaparecido como forma viva de la conjugación verbal.
La norma del español sí ha permitido que el gerundio acoja una parte del antiguo valor del participio de presente, la posibilidad de que lleve complementos propios de un verbo conjugado cuando va complementando a un sustantivo, como en el ejemplo Vimos a María besándose con un hombre que se menciona al final de este fragmento de la Gramática descriptiva de la lengua española:
El origen híbrido del gerundio se relaciona con la confluencia, en él, de dos formas latinas:
  El gerundio en caso ablativo, del que el gerundio castellano ha heredado el valor adverbial de modificador verbal para la expresión del medio o manera en que se realiza la acción denotada por el verbo principal. Ej. Pedro ganó apostando

  El participio de presente, del que nuestro gerundio ha heredado el valor predicativo, esto es, la capacidad de llevar complementos.

En + gerundio
El uso de la construcción en + gerundio es histórico en nuestro idioma, no se trata de un esquema importado del francés, como muchos piensan.
Precisamente porque se trata de una estructura patrimonial de nuestra lengua no está condenada normativamente, pero en la actualidad se percibe como vulgar y por eso muchos hablantes rehúsan recurrir a ella:
  En reconociendo las letras, no es difícil el examen de árabe.

El régimen inmediato al verbo. Queísmo y dequeísmo

 En español tenemos:
  verbos con régimen preposicional, cuyo complemento interno se construye con preposición (informar de algo, dudar de algo, etc.)
  verbos transitivos sin régimen preposicional, puesto que no hay preposición alguna delante de los complementos directos que no sean de persona.

La mayoría de los hablantes no tiene problemas con estas construcciones cuando los complementos de estos verbos son sintagmas nominales: “Me acaban de informar de la noticia.”;  “No dudo de tu sinceridad.”; “¿No te acuerdas ya del sueño?”

 Pero cuando, en vez de sintagmas nominales, el complemento régimen o complemento directo del verbo es una oración subordinada sustantiva, se pueden dar fenómenos de:

ü  Dequeísmo: conversión indebida de un verbo transitivo en verbo de régimen preposicional, debido a la anteposición incorrecta de “de” a una oración subordinada sustantiva que debía funcionar como complemento directo.
ü  Queísmo: conversión indebida de un verbo de régimen preposicional en transitivo debido a la elisión incorrecta de la preposición “de” delante de una oración subordinada sustantiva que hacía las veces de suplemento.

-Yo opino / pienso / creo *de que... || -El contestador automático de telefónica le informa *que no tiene llamadas. || -Estoy seguro *que tiene razón.|| -Me acuerdo *que me dijo *de que lo llamaras. || «A modo de ejemplo, en octubre de 2004 este mismo diario informaba *que Antena 3, Tele 5 y TVE-1 emitían a diario 13 horas de cotilleo y culebrones en horario infantil» (El País, 13/12/2006). || -El ex-presidente se olvida *que él también excarceló presos etarras.


 La causa principal del dequeísmo y del queísmo parece ser la proximidad semántica que existe entre ambos tipos de construcción, ya que en ambos casos se trata de complementos internos del verbo. Otros posibles factores coadyuvantes son las interferencias con otra lengua, por ejemplo con el catalán y sus estructuras que pueden dar lugar a confusiones.

¿cómo saber si un verbo tiene o régimen preposicional o no, y evitar cometer, por tanto, queísmo o dequeísmo? Hay dos buenos procedimientos:

  • Se puede sustituir la oración subordinada por un grupo nominal. Si la preposición es necesaria ante el sintagma nominal la situación, también lo es ante la oración subordinada sustantiva  Pedro se quejaba de que la situación estaba así.
  • También se puede preguntar al verbo por medio de una paráfrasis interrogativa: ¿De qué me informó?; ¿De qué dudó?; ¿De qué se acordó?; frente a...; ¿Qué dijo?; ¿Qué creyó?


Verbos con doble régimen (preposicional o transitivo)

CUIDAR:

ü  Cuando significa ‘dedicar atención a algo’: permite ambos regímenes: Ella cuida a su hijo;  Ella cuida de su hijo
ü  (b) Cuando significa ‘procurar’ tiene obligatoriamente régimen preposicional: Cuida de que todo esté bien.
ADVERTIR:

ü  Cuando significa ‘avisar’ tiene régimen preposicional, igual que avisar: avisar de algo, avisar de que algo va a ocurrir: *Las Autoridades Sanitarias advierten que el tabaco perjudica seriamente la salud
ü  (b) Tiene régimen directo cuando: significa ‘notar’: notar algo, notar que pasa algo || se usa con un sentido de admonición y orden: te ordeno que no hagas nada; te advierto que no hagas nada.
Verbos con doble régimen sin necesidad de que haya cambio de significado:

APROPIARSE: Puede ser transitivo: “Nadie debe apropiarse esa etiqueta; o intransitivo, con un complemento de régimen introducido por de, construcción mayoritaria en el uso actual: “Brasil se apropió DEL terreno de juego” 

Otros casos similares: disfrutar, gozar, gustar.

Un caso especial es NECESITAR: Se construye normalmente con complemento directo: “Vamos a necesitar tres coches”; aunque también es correcta la construcción intransitiva, con un complemento introducido por de: “Don Raimundo necesitaba DE la soledad para concentrarse Cuando lo necesitado se expresa mediante un infinitivo o una oración subordinada, solo es posible la construcción transitiva: “Necesitaba pensar en otros...” 


DEBER- DEBER DE
Como señala Gómez Torrego, «son frecuentes las confusiones entre las perífrasis deber + infinitivo y deber de + infinitivo. La primera, deber + infinitivo siempre expresa obligación (Debes comer más para crecer). La segunda, deber de + infinitivo, indica duda o posibilidad
(No sé qué hora es. Deben de ser las doce). Su empleo indistinto puede llevar a ambigüedades».
La RAE admite omitir la preposición en la perífrasis de posibilidad:  “Deben (de) estar llamando desde la calle, por el ruido que se oye.” PERO encuentra injustificado intercalarla en la de obligación: “*Debes de estudiar más si quieres aprobar.” “*Tu hijo ha hecho lo que debía de hacer.”
Verbos indebidamente transitivizados

Muchos verbos que son normalmente intransitivos se usan, por razones diversas, como transitivos.
Algunas de estas transitivaciones ya han sido aceptadas por la RAE, como la de HERVIR: “El agua hierve (intransitivo)” “Alguien hierve el agua” (transitivo, en el sentido de alguien hace hervir el agua). 

Otros todavía se consideraban inaceptables en la edición impresa del reciente Diccionario panhispánico de dudas (DPD):
«ENTRAR. Es intransitivo. No ha pasado a la lengua culta general el uso transitivo de entrar, como sinónimo de meter o introducir, aunque se da con normalidad en algunas zonas de España y de América». El coche entró en el garaje— *Alguien entró el coche en el garaje  Sin embargo, la edición digital parece más permisiva, aunque sigue condenando el uso transitivo como contrario a la norma culta.

“No ha pasado a la lengua culta general el uso transitivo de entrar, como sinónimo de meter o introducir, aunque se da con normalidad en algunas zonas de España y de América: «La entraron en el camarote y la dejaron sobre la litera»” [DPD]

DPD: «CESAR. En la lengua culta formal, este verbo es intransitivo en todas sus acepciones [...]. Aunque es uso frecuente en el lenguaje periodístico, debe evitarse en el habla esmerada el empleo de este verbo como transitivo (‘expulsar [a alguien] del cargo empleo que ocupa’): * “El Consejo de Ministros de ayer cesó a José Víctor Sevilla” (El País 02/02/1984); en estos casos debe emplearse el verbo destituir».

DPD: CALLAR(SE): Como intransitivo, a menudo pronominal, significa ‘no hablar’: «No quise informar de tal situación, y me callé». Es transitivo cuando significa ‘omitir o no decir *algo+’:
«Don Agustín calló la verdad principal».

DPD: APELAR. Con el sentido de ‘recurrir a una autoridad superior para que revoque o enmiende una decisión considerada injusta’, puede usarse como intransitivo, con un complemento introducido por de o contra, que expresa la cuestión que se desea revisar:
«La defensa de Ortiz apeló DE la decisión»; «Por creerla injusta, había apelado CONTRA una resolución del juzgado». Pero hoy es más frecuente su uso como transitivo: «Anunció que apelará la sentencia».

Verbos indebidamente transitivizados:

DPD: «ENTRENAR(SE). Como transitivo, ‘preparar *a personas o animales] en una práctica, especialmente deportiva’: “El equipo ha hecho hoy uno de los mejores partidos desde que yo lo entreno” (Vanguardia Esp. 19/05/1994); y, como intransitivo, ‘ejercitarse para practicar una actividad, especialmente un deporte’. Con este sentido se recomienda su uso en forma pronominal: “La selección nacional se entrena en La Paz [...] bajo las órdenes del técnico español Antonio López”; no obstante, se admite también la construcción intransitiva no pronominal, que se va imponiendo en el uso actual: “Actualmente entreno entre cuatro y seis horas diarias”.

El DPD contiene tres acepciones transitivas: SUSPENDER. Cuando este verbo significa ‘dar a alguien la calificación de suspenso en una prueba’, puede construirse de tres modos:

a)                  Suspender [a alguien] EN una prueba o materia: «Llegó el fin de curso y me suspendieron EN todas las asignaturas». Aquí la persona que recibe el suspenso se expresa mediante un complemento directo.
b)                 Suspender [una prueba o materia] a alguien: El último año me suspendieron la Física. Aquí la persona que recibe el suspenso se expresa mediante un complemento indirecto.
c)                  Suspender alguien [una prueba o materia]: «En período de exámenes acudían masivamente a la consulta “estudiantes” que habían suspendido todas las asignaturas». Aquí la persona que resulta suspendida es el sujeto de la oración.
Luego son incorrectos para la norma prescriptiva, aunque difícilmente erradicables de la norma consuetudinaria: *En mi curso han suspendido veinte alumnos. *Suspendí en matemáticas
El uso consuetudinario ignora, igualmente, la prohibición académica de no construir culminar como verbo pronominal:

DPD: CULMINAR. Como transitivo, ‘dar fin *a una tarea+’: «El Congreso deberá culminar la aprobación del Código Minero»; como intransitivo, con el sentido de ‘llegar al final o al punto culminante’, lleva un complemento introducido por en o con: «Un paso importante en el proceso que culminaría EN el referéndum sobre la independencia»;. No debe emplearse como pronominal: *«El TSJC es el órgano jurisdiccional en el que se culmina la organización judicial en Cataluña».

Un último caso, donde la norma prescriptiva ya se ha amoldado a la consuetudinaria es el empleo de atravesar como intransitivo, con la preposición por, aunque tradicionalmente había sido únicamente transitivo:
DPD: ATRAVESAR(SE). Puede funcionar como transitivo: «Algunos tubos plateados que atraviesan la habitación» «Solange y Florence atraviesan la calle para reunirse con ellos» (Arel Jardín [Ur. 1985]); o como intransitivo, caso en el que suele llevar un complemento precedido de por, que expresa el lugar o circunstancia por los que se pasa: «Los cables de la luz que atraviesan POR la avenida; «La astronomía atraviesa POR su período más oscuro» 

Vacilación en el uso de preposiciones en los demás complementos de la oración

Preposición a

DPD: ACOSTUMBRAR(SE):  Cuando significa ‘habituar(se)’, se construye con un complemento con a: “Amanda *...+ lo acostumbró A comer de todo”; “Se acostumbró A las argollas”. 2. Cuando significa ‘soler’, va seguido de un infinitivo, que puede ir o no precedido de la preposición a: “Ella no acostumbraba ir a misa”

DPD: ALUDIR: Hacer referencia a algo o a alguien’. Se construye normalmente como intransitivo, con un complemento precedido de a: “El presidente peruano aludió A la posibilidad de nuevos atentados” (Clarín *Arg. 24/04/1997); “Todos esos nuevos vocablos aluden A realidades nuevas” (Miguel Perversión *Esp. 1994+). Pero, con sujeto de persona, se emplea a veces como transitivo, como demuestra su aparición en construcciones pasivas: “Había pasado de ser aludido con un irrespetuoso ‘ese hombre’ a ser motejado con la ambigua tacha de ‘desdichado’”.El uso transitivo solo es normal cuando el complemento directo es un pronombre: “Yo no me atrevía a mentar a Belinha ni a su hija, ni siquera a aludirLAS”.

Preposición de

DPD: ADOLECER: En su acepción más habitual, ‘tener algún defecto o sufrir de algún mal’, es intransitivo y lleva un complemento introducido por de, que expresa el defecto o el mal: “El tono que empleaba Pura en todos su comentarios *...+ adolecía DE insolencia”. (MtnGaite Fragmentos [Esp. 1976]) [...].

APODERARSE DE ALGO-INCAUTARSE DE ALGO

El verbo incautar necesita obligatoriamente la preposición de para su construcción: -La policía se incautó de un alijo.
De ahí que tradicionalmente se considerasen incorrectos sus usos sin preposición; Sin embargo, hoy el DPD afirma lo siguiente:
 Incautar(se). Dicho de una autoridad, ‘apoderarse de bienes relacionados con actividades delictivas’. Se acentúa como causar (→ APÉNDICE 1, n.º 10).
• 2. En el habla culta se usa preferentemente como intransitivo pronominal, con un complemento de régimen introducido por de: «La policía también se incautó DE un helicóptero» (Nación [C. Rica] 12.9.96).
No obstante, por influjo de verbos sinónimos como confiscar o decomisar, hoy es frecuente, y se considera válido, su uso como transitivo: «Les incautaron tres dosis de cocaína» (Mundo [Esp.] 5.10.95). Lo mismo ocurre con apoderarse de:  Los ladrones se apoderaron del cuadro.


Forma y función del verbo (Parte 3)

 (Ir a parte 1)  (Ir a parte 2)

El sistema verbal del Español: usos rectos y desviados de los tiempos verbales:
La función del significado gramatical del morfema verbal de tiempo tiene que ver con la necesidad de ordenar, referir o situar lo dicho con respecto a un momento determinado que sirve de referencia al hablante. Esta ordenación temporal puede tomar como puntos de referencia, con respecto a los cuales el verbo conjugado puede expresar una acción anterior, simultánea o posterior a tal punto de referencia, dos momentos diferentes

 Normalmente, lo expresado por los enunciados verbales se considera pasado, presente o futuro porque estos enunciados se miden u ordenan cronológicamente con respecto a un punto de origen prototípicamente coincidente con momento del habla o hit et nunc [Ayer fui al cine (anterioridad); Estoy hablando sobre el verbo (simultaneidad); El próximo domingo iré a la playa (posterioridad)]. Pero el punto de referencia no tiene por qué ser siempre el momento del habla, ya que no está fijado de antemano y se puede desplazar perfectamente conforme vamos hablando, al tiempo que el hablante puede moverlo en función de sus necesidades comunicativas.

Gracias a estos desplazamientos del punto de origen es posible presentar una acción cronológicamente ya pasada como futura con respecto al punto de referencia elegido: “No será hasta 1492 cuando Colón descubra por fin América”
Los mismos desplazamientos del punto de origen o de referencia que se toma como base para ordenar los verbos del discurso hacen posible el uso del presente para remitir a hechos cronológicamente futuros: “Mañana te levantas temprano y te pones a estudiar para el examen de una vez”.

Lo más frecuente cuando el punto de referencia no es el momento del habla es que la ordenación temporal se realice en función del tiempo establecido por el verbo de otro enunciado o cláusula. Así ocurre con el tiempo que Andrés Bello denominó pospretérito: Me dijo que vendría. En el ejemplo, el condicional expresa un futuro con respecto al pasado de la cláusula principal.

Claro que este futuro no necesita ser también futuro con respecto al momento de habla:  Sí lo es en: “Me dijo que vendría mañana”. Pero no en: “Me dijo que vendría ayer lunes, pero no ha aparecido”.  Pues bien, esta doble posibilidad de referencia temporal de un verbo,  dependiendo de si toma como punto de referencia (i) el momento enunciativo o hic et nunc de la comunicación o (ii) otro elemento lingüístico (otro verbo del co-texto), llevó al  establecimiento, por parte de relevantes gramáticos, de la siguiente distinción:
Gili Gaya distingue entre tiempos absolutos (los que toman como referencia el momento de la enunciación) y tiempos relativos (los que toman como referencia otro verbo del co-texto)

  Guillermo Rojo establece la misma distinción, pero en los términos de tiempos primarios (los que toman como referencia el momento de la enunciación) frente a tiempos secundarios (los que toman como referencia el momento de la enunciación)
Por otra parte, los hablantes, en nuestros discursos, hacemos gala de una gran cantidad de metáforas temporales, debidas a desplazamientos:
  Del presente al pasado, como ocurre en el presente histórico
  Del futuro al presente, como ocurre con el futuro de probabilidad
  Del pasado al presente, como ocurre con el imperfecto de cortesía
La mayoría de estos usos desplazados o desviados son perfectamente conformes a la norma prescriptiva y constituyen, simplemente, posibilidades de nuestro sistema verbal que un buen profesional de la redacción periodística y audiovisual debiera ser capaz de explotar al máximo.
Sin embargo, en ocasiones, algunos desvíos se consideran contrarios a la norma y habría que evitarlos en los discursos propios de la distancia comunicativa.

Presente de indicativo Usos desviados:
  presente por pasado: Colón descubre América después de un largo viaje en carabela.
  presente por futuro: Mañana veo a Antonio
  presente ingresivo: Ahora voy. Te veo en unos segundos.
  presente con valor de imperativo: Tú te callas
  presente por pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo o condicional compuesto:
(a)en la apódosis:
  Si lo hubiera sabido, no lo invito.
  Si no hubiera sido por él, me voy de la empresa.
(b) en la prótasis:
  Si lo sé...
  Si no es por él...

Pretérito imperfecto de indicativo Usos desviados:
  Imperfecto de cortesía: Quería hablar con usted, si es posible.
  imperfecto de contratiempo: ¡Si ya tenía la comida hecha! ¿Por qué os vais ahora?
  imperfecto ingresivo o de conato: Ya me iba
  imperfecto por condicional simple: Le aseguré que, en cuanto pudiese, se lo devolvía.
  imperfecto de recuerdo: - ¿Cómo se titulaba la película que ponen en el Corona Center?
  imperfecto de advertencia y de deseo

Futuro imperfecto de indicativo Usos desviados
  futuro de modalidad: En estos momentos serán las cuatro; Cuando ha conseguido la beca, será muy listo.(probablemente sea); ¿Lo he hecho bien? —Tú sabrás.
  futuro con valor imperativo: ¿Te callarás de una vez?
  futuro de historiadores: En 1492, Colón descubrirá América... ; En los años 50, Chomsky dará una visión nueva de la lingüística

Condicional Simple 
usos desviados:
  con valor modal de probabilidad: Serían las diez cuando llegó.
  condicional de cortesía en los ruegos o peticiones: Querría hablar con usted, si es posible. ¿Podría decirme la hora?
  Condicional simple:
  Usos incorrectos:
– *Si me ayudarías a pagar el piso, te lo agradecería toda la vida 
• Condicional de rumor: Se trata de un uso originario del español de América, que se emplea para comunicar una noticia con reservas:
  «Se abrirá la Escuela de Periodismo. Sería adscrita a la Facultad de Humanidades» (El Nacional, Caracas, 1953).
De todas formas, aunque es cierto que los ejemplos más tempranos proceden de Hispanoamérica, también encontramos esta forma en España:
  «Parece que los jefes de las fracciones peronistas... se habrían inclinado por aconsejar a sus secuaces la entrega del voto a Frondizi» (Ya, 1958).[Los ejemplos son . de Seco, s.v. potencial]
Este condicional epistémico o de rumor está prohibido tajantemente por los libros de estilo de los periódicos de mayor prestigio en España, por las razones que se exponen en los siguientes fragmentos, extraídos de tales libros de estilo: 
Libro de estilo de ABC: «No deberá incurrirse en el denominado condicional de rumor: El Gobierno estaría dispuesto a entablar negociaciones... En el incendio habrían muerto doce personas... Ese condicional, que señala un hecho dudoso, no confirmado ni avalado por nadie, cuya veracidad no se garantiza, es flagrante galicismo». 

Libro de estilo de El País: «[Aunque el condicional se utiliza] para expresar la posibilidad en el pasado. Ejemplos: “tendría entonces 10 años”, “por aquella época ya habría terminado el bachillerato”*, l+a posibilidad en el pasado no es, sin embargo, un hecho dudoso, no garantizado, ni un rumor. Este uso del condicional de indicativo es francés. Se incurre, pues, en galicismo cuando se escriben frases como éstas: “el ministro de Agricultura podría estar dispuesto...”; “el obispo habría establecido...”; “según diversas fuentes, habrían sido detenidos siete grapos...” Los giros adecuados para sustituir el condicional francés pueden ser éstos u otros parecidos *...+: “el ministro parece estar dispuesto...”; “según indicios, el obispo ha establecido...”; “parece ser (o tal vez) que han sido detenidos siete grapos...”. El uso del condicional en ese tipo de frases queda terminantemente prohibido en el periódico. Además de incorrecto gramaticalmente, resta credibilidad a la información».

Pretérito Imperfecto de Subjuntivo

 ¿Cuáles son las formas que hoy usamos acabadas en –ra? Principalmente, el pretérito imperfecto de subjuntivo: amara y el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo: hubiera amado

 ¿Qué modo tienen? modo subjuntivo,  pero ¿qué tiempo y modo expresaba su étimo latino amaveram? Pues uno muy distinto, ya que se trataba de la forma latina del pluscuamperfecto de indicativo, que hoy expresamos con ayuda de la perífrasis de HABER en imperfecto + PARTICIPIO (había amado).

 Observamos, entonces, que en su evolución desde el latín esta forma ha atravesado por un complejo proceso de reanálisis modal y temporal, en la medida en que ha cambiado de modo (de indicativo a subjuntivo) y de tiempo, por lo que en sus usos como forma del subjuntivo carece del sentido pluscuamperfecto originario.

El aspecto más problemático de esta forma tiene que ver con el empleo de la desinencia –ra con valor pasado no subjuntivo: Se ha reestrenado Casablanca. La película que *hiciera temblar a miles de espectadores vuelve a estar de actualidad

 Otro contexto favorable a su aparición es tras la conjunción temporal “desde que”: Es la primera vez desde que en 1970 se *inaugurara el nuevo estadio...

 Sabemos que con este valor de pluscuamperfecto se ha conservado en gallego hasta la actualidad. Pero, estas frases del castellano ¿son pervivencia del uso medieval, ahora revitalizado? ¿son un rescate de un viejo arcaísmo?

Hay dos opiniones contrarias en este sentido: Para Alexandre Veiga, en castellano se trata de una resurrección que data del siglo XIX y que es producto de una norma arcaizante, salvo en el caso de escritores como Emilia Pardo Bazán o Valle Inclán, que lo usan porque son gallegos y por analogía o interferencia, por tanto, con su lengua vernácula. Para José Luis Girón Alconchel, sin embargo, son reflejo de que la forma pervivió en castellano durante los siglos XVIII y XIX (él encuentra el verbo en documentos americanos de los siglos XVIII y XIX). En cualquier caso, es unánime la opinión de los gramáticos sobre la incorrección del uso de las formas en –ra en sustitución de formas del pasado de indicativo Pretéritos perfectos simples y compuestos (canté/he cantado)

• Usos incorrectos:
– *El año pasado hemos entrevistado a unos amigos; *El año pasado hemos estudiado menos que este año

Infinitivo. Usos anómalos:

SUSTANTIVO +A + INFINITIVO : Infinitivo como complemento del nombre introducido por a: En el uso actual, está muy extendida la estructura SUSTANTIVO +A + INFINITIVO, EL *texto a comentar, que no es propia del español, sino más bien un galicismo o calco del francés.

«*cambios a realizar respecto al periodo anterior»  Para evitar hacer uso de esta estructura galicista, que, como podemos intuir, la norma prescriptiva de la RAE rechaza precisamente por su carácter extranjero, existen diferentes alternativas de formulación, todas ellas con un “que” que introduce una oración subordinada adjetiva y un verbo conjugado tras ese “que”:  cambios que se han de realizar, cambios que se van a realizar...; texto que se ha de comentar; texto que voy a comentar; texto que quiero comentar; texto que se está comentando, etc.
Y es que la razón del rechazo de esta estructura está en el hecho de que en español el infinitivo no tiene la posibilidad de actuar como complemento del nombre tras la preposición “a” (a veces sí puede hacerlo tras la preposición “por” o “para”), sino que para tal función nuestro sistema ya prevé el uso de la oración subordinada adjetiva.
La estructura no normativa en español no es A+INFINITIVO en cualquier contexto, sino A+INFINITIVO SIEMPRE que esté precedida por un sustantivo al que esta estructura complementa al modo de una oración subordinada adjetiva. Por eso, el siguiente ejemplo, extraído también de El País, es perfectamente correcto: «Algunos automovilistas que se vieron obligados a realizar maniobras evasivas para no chocar frontalmente con el camión llamaron alertando a la policía de la presencia del “camionero suicida”». 
Por supuesto, también son correctos los casos en que sustantivo que precede a estructura A+INFINITIVO no forma un sintagma nominal con ella: Obligó a María a realizar una maniobra evasiva Puso a los alumnos a realizar ejercicios sobre el tema.
 Cuando la estructura es correcta, es posible cambiar de lugar, dentro de la oración, el sintagma donde se encuentra A+INFINITIVO:
  Obligó a realizar una maniobra evasiva a María.
  Puso a realizar ejercicios sobre el tema a los alumnos.
Infinitivo de generalización con valor narrativo, que también recibe los nombres de infinitivo fático o infinitivo jerónimo. Se trata de una estructura en que el infinitivo no está subordinado a ningún verbo en forma personal, sino que se erige en verbo principal de la oración, con valor absoluto, algo contrario al sistema del español, que exige que todas las oraciones posean una forma finita o conjugada del verbo (no una forma no personal) como verbo principal.
  Por último, *señalar que... Como en el caso de la infracción constituida por la estructura SUSTANTIVO + A + INFINITIVO, podemos proponer varias alternativas de formulación para evitar la contravención de la norma:
  Por último, he de señalar / quiero (querría) señalar / me gustaría señalar / cabe (cabría) señalar / hay que señalar / se ha de señalar / es necesario señalar...
Podemos darnos cuenta fácilmente de que nos hallamos ante un infinitivo de generalización contrario a la norma si insertamos el pronombre sujeto en estas frases. Si tratamos de decir Por último, yo señalar que… (al fin y al cabo es “yo” quien señala lo que sea), vemos que carece de Gómez Torrego lo llama “infinitivo fático” porque la posición más habitual en que lo vamos a encontrar es al inicio o al término de intervenciones. De ahí que sea muy común hallarlo tras expresiones como En primer lugar, Por último, Ante todo, etc., y cuando un reportero abre o cierra la conexión con plató.

El último tipo de construcción sintáctica con infinitivo que se considera incorrecto con respecto a la norma ejemplar es el empleo del infinitivo en lugar del imperativo. *Ir a ver la película, en lugar de Id a ver la película.
Tampoco es aceptable cuando el mandato es negativo, ya que en ese caso se han de conjugar las formas correspondientes de subjuntivo o imperativo:  *No venir tarde debe ser No venid o No vengáis esta tarde.
 Si el imperativo tiene un pronombre clítico pospuesto, es obligada la eliminación de la –d final del imperativo de segunda persona de plural. Ni se conserva ni se sustituye por r, porque entonces daría lugar, nuevamente, a un incorrecto infinitivo por imperativo: *Callaros ya, *Sentaros pronto
 Los imperativos seguidos de pronombres clíticos correctos son: Callaos ya, sentaos pronto, fijaos bien...

Hay una EXCEPCIÓN: en el verbo ir, NO se construye el imperativo *íos, ni tampoco se ha de emplear el infinitivo *iros, sino que los prescriptivo es idos.