sábado, 24 de enero de 2015 - 0 comentarios

Espronceda



I. LA PECULIARIDAD DEL ROMANTICISMO ESPAÑOL

El romanticismo llega muy pronto a nuestro país (finales del XVIII) aunque su evolución se ve interrumpida por la Guerra de la Independencia y por el nefasto personaje de Fernando VII. Este movimiento, como todo movimiento literario, presenta una evolución, por lo que podemos dividirlo en las siguientes partes:
Distinguimos entre prerromanticismo, romanticismo (donde se engloba el protorromanticismo o primer romanticismo) y romanticismo maduro o pleno.  El protorromanticismo (llamado El alma de nuestro romanticismo por Martínez Torrón) es un periodo que comprende desde 1795 a 1834. Por último, el romanticismo pleno se desarrolla a partir de 1834.
El prerromántico toma aspectos de lo lúgubre, sepulcral y mortuorio como parte de un decorado teatral, con cierta thanatofilia. Por otro lado, el romántico transfigura ese interés por la muerte y le confiere un sentido metafísico.
En el romántico exaltado, la muerte se asocia a la fusión panteísta, al ingreso en la magnitud de la armonía cósmica (de ahí los poemas de Espronceda a los astros). Por el contrario, la muerte en el romanticismo tradicional se asocia a una idea vaga, a un sentimiento legendario.
El tema del Destino y del anhelo son fundamentos del pensamiento romántico, porque en este siempre hay un  héroe joven que encara al futuro, al igual que sucede en Espronceda. Los románticos relacionan el futuro con un amor apasionado que acaba en la muerte. El hombre romántico es un individualista radical que cree en la Libertad con mayúsculas porque con ella se puede combatir el Destino, un futuro de gloria con muerte temprana tras vivir un amor apasionado.
Hay que tener claro que entre el romanticismo español y el romanticismo francés hay diferencias. En el Romanticismo español sobre todo en Espronceda vemos que el catolicismo ha influido mucho menos que en el romanticismo francés. En general, nuestro romanticismo es menos laico que el del resto de Europa. Incluso autores conservadores como Rivas y Zorrilla son más laicistas. Aunque en Espronceda aparece la huella del tempus fugit, de la culpa y del desengaño barrocos, nuestro autor mantiene viva la característica laica de su pensamiento.
La principal diferencia entre nuestro romanticismo y el del resto de Europa reside en que los románticos españoles no sueñan y, por otro lado, en el romanticismo español se ve una fuerte influencia de los modos caballerescos del siglo de oro.
Ante la pregunta sobre qué es lo que aporta de nuevo la idealización romántica frente a la de nuestros siglos anteriores, respondemos: la pasión sensual del sentimiento en libertad, la mitificación pasional de la dama, el individuo se convierte en independiente y marginal, se busca la libertad política absoluta, en lucha contra el tirano. De esta forma, el idealismo romántico posee la característica de convertirse en modo revolucionario de vida, en norma de conducta en pro de la liberación del individuo.
Por otro lado, podemos encontrar dos tipos de poetas románticos: los que  buscan  la belleza como es el caso de Zorrilla y el Duque de Rivas y los que buscan la libertad donde se encaja a Espronceda. Autor comprometido, en contra de las injusticias sociales, que hace versos acerca de lo que constituye su modo de vida, de ahí el fragmentarismo de su obra.
  Por otra parte, salvando por ejemplo algunos poemas Al Sol y A la Estrella de Espronceda, en el Romanticismo español no predomina el panteísmo lírico idealista ni la grandiosidad del sentimiento de la naturaleza. En el romanticismo Español predomina el pensamiento, la ideología.
Así, nuestro Romanticismo es comprometido e ideológico sobre todo en Larra y en Espronceda. En esta poesía de Espronceda vemos una actitud más verista que ficticia, al contrario que el romanticismo inglés francés y alemán, el romanticismo español es más verdad, más cercano a los problemas y realidades de la vida. Mientras que Espronceda le canta al mendigo o al verdugo, los románticos ingleses prefieren la visión idealizada de los mitos griegos.
Por otro lado, el romanticismo exalta al héroe demócrata. Esta característica es peculiar en España, pues nuestro país estaba preparado para este tema a partir de la novela picaresca.
Otra característica de nuestro romanticismo reside en el hecho de que apenas remite a los mitos, ya que le parecen probablemente alejados de la verdad de la que antes hablábamos. Por ello nuestro romanticismo se inspira frecuentemente en motivos de la historia nacional como Don Pelayo.
Hay más rasgos distintivos en nuestro romanticismo: El Yo de Byron, la escasa presencia del subjetivismo romántico, presente en el resto de Europa, etc. Hay que tener en cuenta las peculiaridades históricas y políticas de nuestro país, de ahí que ciertos románticos españoles expresen su sentimiento político, debido a que no encontraban su representación en la democracia elitista.
Espronceda es un autor que tiene características especiales. Nos encontramos ante un hombre comprometido al final de su vida, como podemos comprobar en El diablo mundo o que reta a Dios en El estudiante de Salamanca. Es un poeta desencantando, un nihilista  que hace himnos al amor perdido como sucede en el Canto a Teresa. Espronceda, a diferencia de Bécquer, no busca un amor imposible sino que añora la plenitud de ese amor total ya sentido. Él no cree en nada porque sabe que la vida lo destruye todo al final y por esta razón se muestra indiferente ante la sociedad.
Por tanto, para entender mejor la postura de Espronceda, debemos saber que se trata de una época de grandes cambios revolucionarios y hemos de tener en cuenta hechos históricos como las Cortes de Cádiz, el Trienio (sentir popular, el pueblo se levanta). La firma de La Gloriosa, el sufragio universal, y la libertad de prensa, de religión, y de asociación, etc..
En conclusión, para estudiar correctamente el movimiento romántico en España, es preciso señalar que se trata de una época histórica en que la ideología lo impregna todo, porque es un momento de grandes cambios revolucionarios. Solo desde esta perspectiva puede enfocarse el tema correctamente. Y de ahí se deduce además, la singular importancia representativa de la figura de Espronceda, que simboliza en su persona la pervivencia de todos esos vertiginosos momentos de cambio.

II. FUNDAMENTOS TEÓRICOS ACERCA DEL ROMANTICISMO ESPAÑOL

Durante la Guerra de la Independencia había ya tres facciones políticas: los serviles que buscaban la continuidad borbónica, los reformistas ilustrados agrupados en torno a la Regencia y los liberales progresistas (donde destaca la figura de Quintana, que buscaba una revolución sin escándalo y sin desastres).
El romanticismo llega pronto a España. Asimismo, tanto Azorín, como Sebold y Martínez Torrón coinciden en la existencia de un primer romanticismo (Denominado El alba del romanticismo español por Martínez Torrón) a finales del siglo XVIII, en el que se engloban los poemas de Quinatana (nacionalista progresista que se enfrenta  a la inquisición) Ariadna y Al mar.
Podemos dividir el romanticismo español en las siguientes partes:
Ø  La ilustración constituiría la pubertad lejana de ese movimiento.
Ø  El prerromanticismo constituiría la adolescencia, marcada por el gusto sepulcral y horrísono, los aspectos morbosos de la muerte.
Ø  El romanticismo sería la madurez, y se caracterizaría por el panteísmo, por la libertad erótica, pasional, etc.
ü  Primer Romanticismo o protorromanticismo.
Ø  Romanticismo pleno.
Ø  Período de senectud: Constituido por el postromanticismo becqueriano y la copla de Ferrán.
Las características del romanticismo son las siguientes:
Ø  Conflicto entre amor y deber social, el amor como una expresión de una subjetividad sincera. La libertad de sentimientos.
Ø  Libertad cívica y social, la libertad política, la lucha revolucionaria contra el tirano.
Ø  Aparición de lo que Lista llamaba el hombre interior, que es el imperio de lo subjetivo, de los sentimientos.
Ø  Gusto por la naturaleza viva, el panteísmo.
Ø  Existencia de una fraternidad liberal internacional.
Por otra parte, las peculiaridades de nuestro romanticismo son:
Ø  La lucha política, la muerte como hecho cotidiano de una guerra que lleva a la aparición de unas Cortes revolucionarias.
Ø  El exilio. El rey no aceptaría el diseño de país que los liberales habían creado y, por tanto el exilio caracteriza a la generación romántica.
Ø  Influencia del teatro del siglo de oro en las generaciones románticas. En este punto cabe destacar la figura de Lista.
Ø  Nuestro romanticismo es muy ideológico, aunque luego derivará a la evasión medieval de Rivas y Zorrilla (esto se debe al intento de buscar raíces en nuestro pasado, ante una época en cambio vertiginoso donde nada había seguro).
Por último, Martínez Torrón hace hincapié en la idea de que Quintana es verdaderamente el primer romántico español, y no el prerromántico Cadalso, como afirma Sebold. Para argumentar este argumento, Martínez Torrón alude al texto El romanticismo en la poesía castellana de César Vallejo.

III. BIOGRAFÍA DE ESPRONCEDA

José de Espronceda, auténtico rebelde y revolucionario, murió por una afección en la garganta cuando se desplazó con prisa hacia Aranjuez, donde se encontraba con su mujer, Bernarda Beruete. Se dice que el nombre de ésta última mencionada, es su último amor.
Romero Tobar le considera implicado en política, liberal exaltado que no buscó beneficios inmediatos reportados  por la cercanía al poder político, frente a jóvenes escritores de su generación.
Era de una clase acomodada de la Edad Media, hijo de un sargento mayor de caballería y nació en Almendralejo el 24 de Marzo de 1808. Su padre murió en 1833 cuando José retornaba al exilio en España. Fue educado por su maestro Alberto Lista cuando ingresado en el colegio en 1821, con quién escribió el Pelayo aunque el después lo continuó, después Espronceda lo continuaría en su etapa de madurez. A principios de 1823 Espronceda con  Ventura de Vega y otros amigos funda la sociedad de los Numantinos en contra del absolutismo monárquico y a favor de la soberanía popular. A Espronceda el 25 de Mayo de 1825 le condenan a tres meses de reclusión en el convento de los franciscanos en Guadalajara. Lista compuso algunas estrofas del poema El Pelayo de Espronceda , obra iniciada en 1823, aunque nuestro poeta añadiría textos más adelante en su época de madurez y quedaría inacabada (problema textual).
Espronceda emigra en 1827. Lloréns es injusto con Espronceda, a quien considera “en Londres el señorito de la emigración español”. Mientras Llorens opina esto acerca de Espronceda, en nuestro siglo lo consideran como un joven serio y estudioso, como profesor competente y diputado consciente de sus responsabilidades políticas. Lloréns por el contrario cree en la imagen de calavera de nuestro autor, “joven elegante y donjuanesco”. Espronceda a menudo viajaba por fines revolucionarios, y se registra a la  casa de sus padres. Espronceda es un líder revolucionario en Francia y es alejado a Burdeos en 1831.
Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que muchas de las obras escritas por Espronceda es escriben en la emigración. Ej. “La despedida del patriota griego de la hija del apóstata”.
Punto de vista: La palabra romántico llega a España en 1821 y de la mano de Lista y Quintana. Pero los jóvenes de Cádiz de 1812 y la Guerra de la Independencia al menos en su ala liberal son ya totalmente románticos, aunque no tengan conciencia de ello.
 Definición de romántico: un héroe revolucionario perseguido por la policía europea, enamorado apasionadamente de una dama casada a la que seduce, sobreviviendo de sus clases de esgrima, participando en acontecimientos políticos de índole revolucionaria. Llórens señala la colaboración de Espronceda en 1834 con el aventurero Eugenio de Avinareta por lo que fue detenido con otros compañeros, acusados de modificar el Estatuto para volver a la Constitución de 1812. (Carácter profundamente histórico). Aquí vemos ya a un Espronceda comprometido más profundamente en la vida política. Llórens no analiza sólo la vida del autor sino que también su producción literaria.

IV. LOS BIÓGRAFOS SOBRE ESPRONCEDA. EVOLUCIÓN DE LA VISIÓN CRÍTICA SOBRE EL AUTOR.

Ferrer del Río, nos muestra a un héroe rebelde y apasionado, paradigma perfecto de la juventud romántica. Elogia la composición temprana de El Pelayo como ejemplo de choque entre dos civilizaciones, la occidental y la oriental, destacando el Cuadro del Hambre y el Sueño del Rey Don Rodrigo.
De las obras poéticas y escritos de Espronceda sólo apareció el primer volumen, con alteraciones textuales que han sido denostadas por la crítica moderna como por el profesor Robert Marrast. Otras obras sin embargo aparecieron póstumamente, hasta fecha relativamente cercana.
Por otro lado, Rodrigo Solís hace una biografía de Espronceda muy completa, ya que comprende muy bien los movimientos revolucionarios del XIX español y también aportó textos desconocidos de Espronceda: De Gibraltar a Lisboa, La jerusalem del Tasso y la Henriade de Voltaire y artículos como Poesía e influencia del gobierno sobre la poesía. Ubica y relaciona tempranamente la vida de Espronceda y siempre  desde la perspectiva de un historiador liberal. Los textos de Rodrigo Solís son textos amenos, vibrantes, llenos de vida y, por tanto, se leen con deleite. Van mucho más allá de la mera recopilación de datos a los que luego nos acostumbrará el positivismo. También aporta datos sobre la importancia del republicanismo y las ideas enciclopedistas ya desde la España del XVII con datos sobre persecuciones. Recoge noticias de  primera mano de amigos del poeta como Miguel de los Santos Álvarez, Ros de Olano,, HARTZENBUSH, etc.  Por último, decir de este autor que su obra contiene valiosa información casi intrahistórica, por ejemplo las páginas que dedica a la  lectura del Parnasillo.
Otro estudio interesante es el de Antonio Cortón, que redacta, de forma casi narrativa, un ensayo discursivo y literario escrito desde la subjetividad, que rompe con la leyenda de un Espronceda rebelde y revolucionario, pues piensa que participó en revueltas en las que había más ruido que nueces. Cortón le considera un reformista moderado que muere cuando estaba integrando su vida y rehaciendo sus sentimientos. Le considera un idealista religioso y soñador. Cree en un Sancho Saldaña apócrifo y en las referencias sobre el Diario de Sesiones de las Cortes, que debieron dar la pista a Marrast para recogerlas en sus Articles et disccours oubliés.
Frente al modernismo de Cortón, Cascales representa el positivismo incipiente. Frente al subjetivismo aporta una visión más exigente con un estilo rápido, diligente y dinámico pero siempre apoyado en los datos. Se trata de un excelente estudio que descubre aspectos muy interesantes de la vida de Espronceda. Considera a Espronceda de posición económica desahogada. Falsea su imagen al estimarle católico, que no se sacrificó por ninguna mujer y cuyo alarde revolucionario sería un deporte elegante del tiempo, lo que hace es tergiversar la imagen del autor, lo acerca a una perspectiva conservadora, que no se identifica para nada con Espronceda. Cascales llama a Espronceda “el gran lírico y el vulgar diputado” así como también lo denomina “un perfecto burgués y un disciplinado político”.
Cascales minimiza la influencia de Byron sobre el poeta español y además, recoge un texto de Rodrigo Solís, según el cual, Espronceda es superior a Byron y será siempre el poeta del pueblo, “poeta de la patria, de la libertad y del amor”.
Como conclusión, los libros de Rodríguez Solís, Cortón y Cascales transmiten una intensa emoción ante la obra de Espronceda, y hay que recuperar su lectura para comprender mejor la obra de nuestro autor, pese al tiempo transcurrido desde su edición. Junto a estos textos, debe mencionarse el trabajo de Alonso Cortés, donde se contienen valiosas aportaciones sobre la autenticidad y atribución de determinados poemas esproncedianos, así como los lugares de la prensa en que aparecieron.
Hay que finalizar destacando el trabajo más extenso y más mencionado sobre la vida de Espronceda, que es el de Robert Marrast, aunque abarca biográficamente solo hasta 1838 y literariamente hasta El estudiante de Salamanca.
Hay que decir que Costón y Cascales han falseado la figura de Espronceda con una visión bienpensante. Nuestro autor es un rebelde constitutivo toda su vida y un hombre políticamente vinculado con el grupo minoritario pero muy influyente del conde de las navas y otros líderes de la época del Espartero.

Resumen personal extraído de:

 Véase su reseña en:

Con cien poemas por banda


 Se recomienda adquirir el libro: Casadellibro

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